Me estaba riendo con amigas, fingiendo que todo estaba más que bien. Sentí angustia en mi pecho y lo supe de inmediato: Él estaba ahí. Llevabamos más de 1 año sin vernos y ambos habíamos olvidado la posibilidad del reencuentro.
Lo miré.
Nos miramos.
Él miró a su acompañante como esperando que desapareciera… pero no. Siguió allí.
Nos contuvimos mientras ella se incomodaba y sonreía hipócritamente, ocultando su miedo por mi amenazante presencia. Mientras, él sostiene fuertemente su mano, esperando calmarla.
Contengo ganas de correr a sus brazos y de rogarle que vuelva. Mientras, él se molesta por no tener la libertad de hacerlo.
Nos controlamos.
Se congela la escena.
Me decido a mentir… la salida más fácil e inteligente es mostrar desinterés.
Me acerco y sonrío.
Nos miramos a los ojos y las vemos. Daniel se pone a cantar y sentimos. Sentimos todo eso, "todo acá".
Él baja la mirada (se siente débil). Está incómodo y yo también lo estoy. Ambos actuamos y fingimos no querernos más. Impulsiva y tontamente le susurro al oído: “¿Hombritos, estás ahí?”.
No contestó. Suspiró y se fue, como había llegado pero sin tomarla de la mano.
e.
Mayo-2005
Lineas
15/1/10 by e.
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1 comentarios:
Por un momento estuve ahi... como una teletransportacion !..
Muy buena redaccion !.. la flashié !
Besos..
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