No se por qué pienso tanto en esas noches. Nosotros no frecuentábamos ese bar, sino que parabamos en el de la vuelta. Tal vez por eso es que lo recuerdo tanto.
Salíamos de verlo a Francisco. Paseamos por Av. Corrientes, 9 de Julio y terminamos, como siempre, en Av. De Mayo. En lo de Ana estaban todos nuestros ex (amigos, novios y garches) y terminamos en Bernardo. Nos reimos al darnos cuenta que mi corte de pelo era parecido al que usaba Francisco en la gráfica del disco y me sacaste unas fotos. Esa noche me escapé de vos y me fuí a El Dorado. Pero no pudiste con vos mismo y caíste con amigos a mostrarte.
Meses más tarde, salimos de un teatro de verlo a Toto. Fue la noche donde conocí a tu nueva novia, donde tu familia no supo qué decir y el amigo de tu papá dijo “una más linda que la otra” al verme. Recuerdo que tus hermanas se pusieron pálidas, porque ella estaba ahí, tapada por mi sombra y tu mamá que siempre fue boca-floja aclaró “pero ésta es la ex, la novia es la feucha”. Esa noche te esperé afuera del teatro y P no me dejó entrar a besarte. Nuestra historia saturaba, hasta a los miembros de tu banda. Recuerdo mi tristeza (siempre impregnada de nostalgia) y esa sensación de “tener que caretarla”, ese sentimiento que el paso de los años anuló totalmente en mi y hoy me empuja a recordarte ésto. Recuerdo que ni bien entramos al bar caminé por el pasillo a la mesa del fondo cual reina del technopop, y una vez en la mesa, con los chicos cansados de escucharme hablar de vos, nos sacamos una foto. Con los ojos obnubilados por el flash vi tu silueta tras el lente y el sonido de la frase “no te puedo creer” saliendo de la boca de mis amigos. Ahí estabas vos, con tus brazos gigantes esculpidos en mármol. Vos me miraste conteniendo una sonrisa y yo me quedé sin palabras. Pero vos la tenías más clara (pese a que dejaste a tu nueva novia estacionada en la puerta) y al oído me dijiste que me extrañabas y que no podías dejarme ir sin decirmelo de nuevo. Tomaste mi cara entre tus manos, acariciaste el contorno de mis labios y me besaste. Recuerdo que una gota de sangre brotó de mis labios, resecos por tomar tanto alcohol. Sentí como el alcohol te golpeaba rápidamente la cabeza. Ex boyfriend in a coma es un verdadero bajón.
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