e.

17/11/10 by e.


Sus ojos son claros, como espejos de agua, como pintados de azules turquesas. Mientras los miro, la piel del cuerpo se me eriza, mis huesos se vencen, mi cuerpo se hace pequeño… o simplemente es el alma que se me sale del cuerpo.
Sus manos son las de un artesano: suaves y nobles. Y yo, tocada por ellas, me siento de arcilla, me pierdo en ellas, me impregno en él. 
 
e.


 

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