Y es segundo por ser EL segundo.
No se a cuántas personas les pasa comprarse un libro con hojas en blanco. Y no me refiero a un anotador, block de notas, diario íntimo o cualquier tipo de variantes. Les hablo de un libro, con autor, título y demás.
Esto me sucedió leyendo el Manifiesto Surrealista:
Empecé a leerlo, seguí y seguí y, la pagina 141 no estaba. Estaba el numerito impreso, y la hojita, pero no las letras, ni las palabras, ni las oraciones. Doy vuelta la página y... la 142 existia! Y me entuciasmé de tal forma!!!! Un jueguito, un ejercicio surrealista! Qué grande Breton!- pensé. Y me pasé 10 minutos ejercitando la mente, armando oraciones azarosas, entrenando mi mente!
Al llegar a la pagina 146, se repite lo mismo. Vacía. 147, 148, 150, 152... también. Error de imprenta. Ufa. Breton fue un grande, pero no por escribir dejando hojas perdidas en rincones donde nunca nadie los encontró. No no...
Lo bueno es que los de Librería Cúspide me cambiaron el libro sin problema, escrito y maltratado. Lo malo... es que perdí las anotaciones, las oraciones azarosas surrealistas y el entretenimiento que me brindaban esas maravillosas hojas en blanco.
e.
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2 comentarios:
nooooooooo! te hubieras quedado con el de las anotaciones, epunto! surrealismo con un toque de infortunio de imprenta era una re buena mezcla para esas cosas mágicas que no pasan todos los días.
pucha
es verdad. pucha.
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